viernes, 24 de abril de 2015

Por un día, el libro fue protagonista





Todos los días tienen su protagonista: El día de la madre, el día de la Tierra, el día de los inocentes.... el 23 de abril es el día del libro y por este acontecimiento el sector y las instituciones se vuelcan de pleno para dar al libro el valor que le corresponde. En un solo día se venden cientos de miles de ejemplares, se organizan múltiples actividades y se entrega el premio más importante de las letras españolas el Premio Cervantes. Es imposible acudir a todo, pero lo que sí está asegurado es que el que quiere acercarse al libro lo tiene este día más fácil que nunca: descuentos en ventas, y bibliotecas y librerías abiertas hasta la madrugada, incluso se habla del libro en los espacios informativos de todos los canales. Por un solo día, el libro invande y se hace visible en la vida cotidiana.

Aunque ahora ya en casi todas las localidades se organiza algún mercadillo, o actividad relativa con el mundo de la lectura y el libro el 23 de abril, los pioneros fueron los catalanes que en Sant Jordi siempre han regalado una rosa a la chicas y un libro a los chicos. Ahora ya no es cuestión de sexos y las ramblas se iluminan con autores estrellas de todas las editoriales que firman libros sin parar y buscan su mejor sonrisa para sus lectores. Libros y rosas comparten espacio con banderas locales y multitud de público que buscan a su escritor favorito, este año año la suerte ha recaído en María Dueñas ("La templanza" de Editorial Planeta ha sido el libro más vendido en castellano de ficción) y en Xavier Bosch, también de Planeta con "Algu com tu" en catalán. Aún no se sabe si se habrá logrado la cifra de 1,5 millones de libros que se quería alcanzar, pero los libreros están contentos y el tiempo acompañó.

En Madrid, la ciudad  de Alcalá de Henares se engalanó para recibir a Sus Majestades, los Reyes de
España que con todos los honores colocarían la medalla a Juan Goytisolo, Premio Cervantes 2014. El Paraninfo de la ciudad alcalaína acogió a autoridades locales, profesionales del libro, escritores y prensa en un acto algo más breve de lo acostumbrado, pero no por ello menos intenso. Goytisolo se presentó como ya anunció, sin traje de chaqué y con un sencillo traje marrón. Su discurso (titulado "A la llana y sin rodeos", que careció de agradecimientos iniciales, estuvo dedicado a su “maestro” Francisco Márquez Villanueva —estudioso de los heterodoxos españoles fallecido hace dos años— y a los habitantes de la medina de Marraquech, que han acogido, dijo, su “incómoda” vejez. En un tono
sencillo y ajustado relacionó las penurias de la literatura y alguno de sus creadores, en concreto Cervantes, con la injusta situación social que se vive en la actualidad. Y rechazando cumplidos y
boatos se reconoció pertenecer a la "nacionalidad cervantina" finalizando su discurso con un guiño a un partido político emergente: "Digamos bien alto que podemos. Los contaminados por nuestro primer escritor no nos resignamos a la injusticia". Fueron breves sus palabras, pero intensas, a las que siguieron un discurso del ministro cargado de referencias biográficas y las emotivas palabras con el autor de S.M. el Rey. Coctel de recepción, confidencias en el patio del paraninfo y al salir la tradicional tuna universitaria cantando las canciones tradicionales.

La Noche de los libros madrileña empezó realmente a las cinco de la tarde en la plaza Sánchez
Bustillo, frente al Museo Reina Sofía, a partir de ahí el intenso programa era un imposible recorrido donde había que elegir lo más conveniente a los gustos. Personajes de novela por el Barrio de las Letras, encuentros literarios en librerías, en locales culturales, en instituciones, biblotecas... Uno de los grandes atractivos de la jornada fueron los lugares insólitos. Cuatro acciones donde se trataba se sacar a los libros y la lectura de sus espacios habituales. Así surgieron propuestas como las Lecturas culinarias, en el Mercado de Barceló, las Lecturas bordadas, en los Almacenes Pontejos, Las lecturas marinas, en la Casa del Bacalao, e incluso en una moderna peluquería-taberna, la de Isaac Salido, con las Lecturas estéticas.


Día y noche se habló de libros, se leyeron libros, se compraron libros.


El libro fue protagonista ¡qué pena! que solo por un día.....

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