jueves, 2 de octubre de 2014

Editores Iberoamericanos intentan encontrar su futuro en Madrid

Esta semana ha estado cargada de actividades y encuentro interesantes para el mundo del libro, pero en este post haremos referencia al Encuentro de Editores Iberoamericano, que se celebró los días 29 y 30 de septiembre en la Casa del Lector de Madrid, organizado por la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, en colaboración con AC/E (Acción cultural española), la Comunidad de Madrid y las embajadas de Estados Unidos y México en España.

Durante dos días editores de ambos lados del Atlántico debatieron sobre la transición digital, economía,  propiedad intelectual para definir una situación que les ha permitido dar apuntes de lo que puede ser la edición del futuro en Iberoamérica.

Inaugurado por el secretario de Estado de Cultura, José Mª Lassalle, acompañado por Xavier Mallafré, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Isabel de Andrés, presidenta de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, Teresa Lizaranzu, directora general de Política e Industrias Culturales y del Libro y César Antonio Molina, director de Casa del Lector, este encuentro contó con la participación de representantes de Brasil, Argentina, México, Chile, Estados Unidos, Colombia, Perú y España.

Algunos de los ponentes convocados por Aurora Sotelo, coordinadora del encuentro fueron: Gabriela Adamo, exdirectora de la Feria del Libro de Buenos Aires, Laurie Callahan, vicepresidenta de New Directions Books en Nueva York, Bernardo Gurbanov, vicepresidente de la Cámara Brasileña Do Libro, Alejandro Kandora, director de Tajamar y vicepresidente de SADEL, Sociedad de Derechos Editoriales de Chile, Marisol Schulz, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara México o Marcelo Uribe, director de Ediciones Era, entre otros.

Por parte española destacamos las intervenciones de: Ofelia Grande (Siruela), Pilar Reyes (Alfaguara), Ángeles Aguilera (Planeta), Miguel Barrero (Santillana), Santos Palazzi (Planeta), Valeria Ciompi (Alianza) y Antonio Mª Ávila (FGEE), entre otros.

Ponentes de lujo, para un público más bien escaso, quizá la proximidad con LIBER mermó la presencia de editores españoles interesados por el tema.

Reproduzco a continuación las conclusiones y recomendaciones que se leyeron al final de las conferencias:



Conclusiones:

1.- Los editores del espacio iberoamericano han contribuido y siguen contribuyendo de forma importante a la difusión de la cultura, el conocimiento y la educación de los ciudadanos de los países de lengua española y portuguesa. La intermediación de los editores entre autores y lectores es una tarea profesional que merece un reconocimiento social y económico no siempre valorado en relación con su contribución social, especialmente en la era digital donde el valor añadido que aportan resulta más relevante.

2.- La industria editorial en español y portugués es una de las industrias creativas más importantes, aportando cultura y conocimiento y generando, al  mismo tiempo, valor económico y social en forma de empleo.

3.- la transición digital ofrece nuevas oportunidades para el desarrollo de la industria y para la educación y la cultura de millones de ciudadanos del espacio lingüístico del español y portugués.

4.- Es necesario crear lectores, responsabilidad no solo de los editores, sino también de las instituciones públicas que, a través de planes de fomento de la lectura y creación de bibliotecas, pueden contribuir a la creación de ciudadanos mejor formados. Algo especialmente necesario en zonas geográficas de difícil acceso a la cultura.

5.- El desarrollo de la industria editorial está fuertemente amenazado en los países de lengua española y portuguesa. Se trata de unos mercados con altos índices de piratería, un hábito de consumo que, además de causar perjuicio económico, inhibe la compra de libros.

6.- Los editores iberoamericanos mantienen un compromiso con el rigor y la calidad de los libros que publican y desean expresar su voluntad de contribuir a la diversidad cultural en una era de globalización de contenidos, independientemente del formato físico o digital en que estos sean presentados. La transformación del papel del libro en la sociedad requiere una respuesta tanto de los propios editores como de las instituciones públicas para situar al libro, físico o digital, como bien cultural, y no solo como bien de consumo.

7.- La edición independiente es la generadora más importantes  de proyectos editoriales innovadores, de energía creativa, de cambio social a través del libro y de proyectos culturales a largo plazo.

8.- La librerías es quizá el eslabón más débil de la cadena de valor del libro, y de ella depende en buena medida el acceso de los ciudadanos a los libros. La desaparición de las librerías supone una pérdida  de contacto de los lectores con los libros que requiere una respuesta ágil de las administraciones en este momento de cambio de hábitos en el consumo de bienes culturales.

Recomendaciones:

1.- Promover desde los medios de comunicación e instituciones respecto a la figura del editor, como agente de difusión de educación y cultura.

2.- Promover desde los medios de comunicación y desde las instituciones públicas el respeto al libro como objeto de transmisión de conocimiento y cultura, además de como objeto de consumo.

3.- Actualizar y hacer cumplir las leyes de propiedad intelectual en cada país y en el conjunto del espacio cultural iberoamericano para poder garantizar el respeto a la propiedad intelectual y para preservar los intereses de los creadores.

4.- Articular políticas públicas que ayuden a los ciudadanos a comprender la importancia del conocimiento y la cultura para el desarrollo social, y del libro en particular, en un momento de desmaterialización del libro, promoviendo planes para la formación de lectores en un momento de  transformación de los hábitos de lectura.

5.- Desarrollar desde las administraciones públicas la capacitación docente para lograr una educación de los ciudadanos centrada en el libro.

6.- Desarrollar desde las administraciones públicas medidas de apoyo a las editoriales independientes como fuente de creatividad, considerándolas como germen de desarrollo económico y social y como factor esencial para la diversidad cultural.

7.- Desarrollar desde las administraciones públicas medidas de apoyo a las librerías y a la circulación digital del libro que fomenten y aseguren el acceso de los lectores a los libros.



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